
Probablemente, veas el enunciado «Decoración Emocional» en todas partes, no en balde es la nueva tendencia en interiorismo y está revolucionando la manera en la que vemos nuestro hogar.
La verdad, es que se trata de la visión más simple y acertada para diseñar los espacios de nuestro hogar y de tan evidente, la mayor parte de las veces no lo tomamos en cuenta.
Cada espacio produce una sensación que podemos percibir a simple vista. En función de su disposición, orden, funcionalidad y confort, determinada área puede hacernos sentir de una manera u otra.
Todos los elementos influyen y transmiten algo: tranquilidad, energía, calma… o caos, malestar, incomodidad.
Entender esto, es la base principal para poder aplicar la decoración emocional. ¿Que queremos transmitir? ¿cómo queremos que se sientan las personas que vienen a visitarnos? y por supuesto, la pregunta más importante si se trata de tu hogar ¿cómo te quieres sentir cuando llegues a casa?
Teniendo esto claro, estamos listos para empezar a transformar cualquier lugar y convertirlo en nuestro espacio soñado.
¿Cómo aplicar la Decoración emocional?
Como cada persona y cada espacio son únicos, lo ideal es que tomemos en cuenta las características específicas de cada caso.
Siempre debemos partir de la siguiente premisa: hacer la vida más fácil y cómoda. Si lo logramos, habremos acertado.
A veces, basta con pequeños cambios para que podamos os ver una diferencia hacia un estilo de vida más práctica y agradable.
Por eso, te damos 3 Claves, para que tu también n puedas disfrutar los beneficios de la Decoración Emocional:
1)Orden y Limpieza:
Si, ya sabemos que es obvio. Pero aquí lo más es importante es configurar ese orden, en relación al estilo de vida que lleve cada persona. Intentar, distribuir las cosas en el espacio de la manera más adecuada para su utilización.
Y con respecto a la limpieza, no basta con hacer una sola limpieza profunda. La intención es garantizar que rápidamente y con una pequeña rutina, podamos alcanzar ese punto donde todo esta limpio y fresco.
2) Distribución:
Aquí volvemos a un concepto básico, pero maravilloso. La distribución de los muebles debe adecuarse tanto al uso como al espacio en si mismo: cuidar no bloquear las entradas de luz, facilitar la circulación y disponer cada cosa, según lo necesitemos usar.
3)Elementos de Decoración:
Para crear esa sensación de bienestar y calma, debemos incorporar a los espacios pequeños elementos que nos lleven a lugares felices. Lugares metafóricos claro está, que evoquen en nosotros recuerdos felices y nos lleven a un mejor estado de ánimo.
Esas piezas claves, dispuestos como elementos decorativos y funcionales, pueden cambiar la dinámica de nuestros días: plantas aromáticas en la cocina, la foto de esas vacaciones increíbles colocada sobre el escritorio, la manta que hace años tejió tu abuela… cada detalle cuenta.
Anímate y haz un cambio importante en ese espacio que su sabes, está en deuda con tu bienestar.
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